Thanksgiving

ROBIROTE

Yo creo que detenerse a dar GRACIAS es la mejor que podemos hacer.- Gracias a la persona que me mando este escrito sobre el día de Accion de Gracias, Thanksgiving, desde Florida.-

Una nación de más de 300 millones de seres humanos se detiene y sienta a la mesa para dar gracias. Esa nación es, para los entendidos, la más poderosa del mundo. Lo ha logrado después de 200 años de ejercicio de democracia, inclusión, respeto, tolerancia, compasión y fe. Dos siglos procurando la felicidad.

Es verdad que, como en Ferguson, pasan y han pasado cosas, terribles, pero también es verdad que el presidente es un hombre de color, electo dos veces por el favor de las mayorías, hijo de un inmigrante africano y una señora blanca, huérfano y criado por sus abuelos en el sitio más remoto del país. El solo hecho de que este señor llegase a esa posición, da sentido de la capacidad de cambio que puede emprender esta nación agradecida.

Dar gracias es siempre oportuno, siempre sano, siempre bien recibido. Detenerse todo un día para que 300 millones de seres humanos demos gracias, es una bendición. Donde esté un ser humano hay esperanza, dice Stepehen Howkins y donde hay esperanza, hay amor, agradecimiento, fe, inteligencia, compasión, perdón, habilidades que nos hacen diferentes al resto de los animales.

Agradecer es una habilidad que debe ejercitarse para crecer. Tenemos esa capacidad de dar gracias y recibir las gracias. Poder hacerlo en familia, con amigos, con los hijos, con los nietos y con la vida que hemos vivido, frente a lo que vamos a vivir. Agradecer el aquí y el ahora.

Agradecer cada instante, cada suspiro, cada idea, cada éxito, cada experiencia. Agradecer la magia infinita de la vida. Agradecer que tengamos la habilidad de aliviar las cargas con el perdón. Agradecer que podemos usar la compasión para entender siempre al otro y ayudarlo.

No es fácil vivir en Venezuela hoy. A veces nos toca hacer la crónica diaria de una nación terrible. Pero donde hay un ser humano ha esperanza. Hay que agradecer que llegaron los pañales, que se consiguió un pasaje, que apareció el aceite, una medicina, que el trayecto al trabajo, a la escuela o cualquier parte fue sencillo. La vida parece agradecerse más cuando es más difícil.

El primer Thanksgiving se agradeció la primera cosecha y que el 40% de la población sobreviviera el primer año de vida, se sentaron a la mesa a comer lo que había, el maíz que le trajeron los indios de la zona, pavos y perdices cazados en Plymouth y algunas langostas que son plaga en la región. Allí a finales del siglo XVII, con un agradecimiento nació una colonia, que terminaron siendo 13, las mismas donde nacieron los Padres Fundadores y la idea de que una nación, podía ser gobernada por sí misma, con un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, con la posibilidad de que todos tengan el derecho a encontrar la felicidad. Esos colonos, diezmados por la soledad, las tormentas y la violencia de la vida en un nuevo lugar, con su agradecimiento iniciaron un nuevo mundo.

Demos las gracias, por la familia, los amigos, el amor, la vida, el perdón, la esperanza, la fe y la compasión. Hoy y siempre dar gracias es una gran idea ¡Gracias por aceptarme!